CRÍTICAS

M. BARAHONA: EL PINTOR DE LA OTRA ANDALUCIA

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Si los poetas andaluces cantaron sus maravillas, y los autores literarios ensalzaron sus cualidades, si los Machado o los Álvarez Quintero tejieron su estampa recia y humilde, personal e íntima, Manuel Barahona, pintor de Córdoba (Puente Genil) ha llevado como nadie ha hecho hasta ahora, ni tan intensa y ni constantemente, los campos de Andalucía a los lienzos con su pintura serena y diáfana, cálida y contundente. Campos vivos, no paisajes dormidos en el letargo de su propia melancólica quietud, sino llenos de voces y del trajín de los hombres y las mujeres que los cultivan.

Barahona, en su serie interminable, llama la atención sobre el hombre trabajador, sobre el jornalero andaluz, sobre las mujeres que recolectan, sobre los niños que ayudan en las faenas de la siega, en la recogida de la aceituna, el algodón, el tabaco o el girasol. Y los retrata con toda la dignidad y el empaque de un pueblo austero y sabio. Porque él mismo es hombre de campo, campesino de Andalucía, que cada día asoma su mirada desde su estudio instalado en un cortijo de las afueras de Sevilla hacia los surcos de la tierra pródiga que, entre olivares, se extienden hasta el horizonte.

Esta es, nada más y nada menos, que la crónica visual escrita sobre el lienzo de un artista andaluz que nos muestra la otra cara, la humana y no la folklórica, de Andalucía.

ANTONIO MORALES

"Correo del Arte", Madrid.