CRÍTICAS

EXPOSICIÓN EN BARCELONA

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El campo, no sólo como paisaje, porque ya de suyo lo es, sino visto cuando aparece en él la figura humana, hombres y mujeres que lo faenan: la siega, la vendimia, las cosechas de aceituna, algodón o ajos... Hay algo de épico en este casi clamor de luz que invade los colores y parece hacerlos resonar, como si acompañara el movimiento de las figuras. Todo vibra poseído de una fuerza poderosa, expresada, sin embargo, y acaso precisamente por eso, con gran simplicidad. La seguridad y la precisión de la pincelada, que en muchos casos llega a ser gestual, nos descubre la maestría de este pintor andaluz. Es manifiesta su preocupación por captar la expresividad de ese instante en el que la luz y el movimiento, a compás, no se repetirán con la intensidad y el nervio que el artista ha descubierto. Barahona se expresa con un lenguaje apasionado y vehemente, cálido como la luz de esos campos andaluces en el frescor de su lozanía. (Sala Llorens).

FERNANDO GUTIÉRREZ

“La Vanguardia”, Barcelona.